lunes, 2 de diciembre de 2013

LA SALUD EN ESTADO DE COMA



La crisis del sistema de salud, y específicamente de los 22 hospitales públicos de Bogotá, se debe principalmente a las ansías de poder y acumulación de capital de las clases políticas dominantes, que han convertido el derecho a la salud en una simple mercancía de la que se puede extraer cuotas burocráticas y grandes sumas de dinero a costa de la salud de millones de ciudadanos.

La corrupción y el tráfico de influencias inherentes a la politiquería que ejercen las clases dominantes, en su falacia de democracia, agudizaron la crisis del sistema de salud, lo que en los últimos cinco años significo que los hospitales públicos fueran repartidos  por las tradicionales relaciones clientelistas que colocan por encima las ganancias que les puede significar un centro de salud, a expensas de la vida de millones de ciudadanos.

Sin embargo la misma codicia de la burocracia partidista ha destapado lo que pueblo es un secreto a gritos, en esta ocasión  ha sido Héctor Zambrano ex secretario de salud, quien desde la cárcel la picota revelo la larga lista de beneficiados por la corrupción y la politiquería,  en la distribución de los más altos puestos administrativos en los hospitales públicos de la ciudad.
  
Entre la larga lista de hospitales en los que se repartieron cargos administrativos se encuentra el Hospital de Chapinero  en donde  el concejal Orlando Santiesteban solicitó ante el alcalde Samuel Moreno  el apoyo para Germán de la Cruz Arrieta, quien  efectivamente fue designado como gerente de la entidad. En el Hospital de Usme,  el turno fue para Liliana Paternina Macea, por solicitud del concejal Antonio Sanguino y en colaboración con Wilson Duarte, los dos anteriores del Polo.

En el Hospital del Sur se nombró a Jorge Bernal Conde por petición del concejal Álvaro Argote, del Polo. En el hospital Pablo VI de Bosa se nombró a Gloria Libia Polanía, por petición del concejal Severo Correa, del Partido Conservador. En el San Blas se nombró a Carlos Pineda como gerente, quien quedo en deuda con el concejal Darío Fernando Cepeda, de Cambio Radical.

En el hospital de Fontibón  Yidney García Rodríguez  fue nombrada gerente por solicitud del concejal Andrés Camacho Casado, del partido de  ‘la U’, dela misma manera el concejal José Juan Rodríguez, del Partido Verde pidió el nombramiento de Fabio Barrera como gerente del Hospital de Kennedy.

En el hospital del Tunal, Gladys Miriam Sierra fue nombrada por influencia de los concejales Orlando Parada, de ‘la U’, Nelly Patricia Mosquera, de ‘la U’; En el Hospital de Suba, se nombró como gerente a Édgar Silvio Sánchez por recomendación del concejal Edward Arias, del Partido Verde.
Este tráfico de influencias no solo significa aumentar la cuota clientelista de los partidos políticos implicados, sino también significa un descalabro al sistema de salud, perjudicando a millones de habitantes que asisten a dichos centros, no solo con la intención del gobierno, que busca mantener en la población las mínimas condiciones de salud que les permita emplearse, para seguir siendo explotados, por el contrario las clases populares exigimos vida digna, acceso a una salud integral en donde la vida prime por encima de los intereses capitalistas.     

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